Las actividades al aire libre aprovechan la luz solar, y esta aumenta los niveles de endorfinas en nuestro organismo por lo que produce efectos muy positivos sobre el estado de ánimo. Esto es en general positivo para cualquier persona, y especialmente. para personas con problemas de depresión.
Cuando cuidamos de nuestras plantas realizamos una serie de acciones como, regar, podar, sembrar que nos ayudan habitualmente a desconectar de pensamientos negativos y nos concentramos en lo que estamos haciendo que nos resulta placentero.
Ver crecer nuestras plantas y cultivos nos produce una gran satisfacción dado que nos permite ver como con nuestra dedicación obtenemos unos resultados que dan vida, y este tipo de actividades aumentan nuestra autoestima.
Es una actividad que podemos hacer solos, y también podemos compartirla con nuestra familia y amigos con los que compartamos esta afición. Esto nos permite disfrutar de momentos en soledad, pero también socializar con otras personas.
Para los niños puede ser muy positivo porque nos proporciona múltiples posibilidades de disfrutar de un entorno de ocio que nos ayuda a educar en el respeto a la naturaleza, mejorar hábitos alimenticios, conocimiento de los procesos de los seres vivos…
Dedicar unas horas semanales al cuidado de nuestro balcón, jardín o huerto doméstico nos enseña a organizar nuestro horario en función de las necesidades de las plantas y de nuestra disponibilidad de tiempo. Esto es muy positivo porque con el tiempo nos ayuda a estructurar y a priorizar, lo cual es muy necesario en general para la vida de las personas.
BENEFICIOS DE LA CALIDAD DE AGUA EN LAS PLANTAS DE INTERIOR
El agua del grifo puede ser una de las fuentes para los cultivadores urbanos. Las aguas mencionadas anteriormente se utilizan como suministro de agua urbano. La mayoría de estos suministros de agua se filtran antes de que lleguen al consumidor.
El agua libre de toxinas, bien oxigenada, transparente y con pH equilibrado es uno de los pilares de un buen cultivo casero. El agua es segura en la mayoría de los países. La calidad puede variar entre una fuente y otra, pero la diferencia de calidad suele estar dentro de un rango apto para el consumo humano.
Si está bien para beber, debería estar bien para las plantas. De hecho, tu organismo es mucho más resistente que el de las plantas. Si las plantas enferman, es un sistema de advertencia sobre la calidad del agua que estás consumiendo.
A continuación te dejamos algunas pautas para tener en cuenta. El agua debe estar en un intervalo de pH seguro de 5,8-6,2, según la etapa de vida en la que esté la planta. Si el agua tiene menos de 150ppm de TDS (sólidos disueltos totales), puedes utilizarla sin filtrarla.
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